El domingo íbamos con mi hermana en el colectivo camino a mi casa. Estaba bastante vacío. Debe ser porque era Pascuas.Ella iba medio dormitando sobre mi hombro, medio protestando por la música que escuchábamos (reclamaba por algo más tranquilo) y ya que estamos, rezongaba a causa de que no le habían comprado ningún huevo de chocolate blanco.
En medio de ese silencioso caos que ocurría entre nosotras, me puse a pensar. Y pensé. Pensé en cómo cambia la relación con tu hermano o hermana (como en mi caso) a partir de los 5 a los 14 años de edad. Pensé en cómo de pasar a no poder estar en una habitación juntas sin sacarse los pelos, a poder estar 1 hora sentadas hombro junto a hombro en un colectivo hablando de la vida. Pensé. Me entristecí mirando el cielo. Recordé. Y volví a pensar.
Ésta vez pensé en que el hermoso lazo que nos une tanto ahora, luego volverá a quebrarse. Va a empezar a crecer, a independizarse y a salir. Va a poder manejarse sin me ayuda. En parte está bueno.. Pero la voy a extrañar. Cuando ella salga, y yo salga. ¿Cuándo nos vamos a ver?
Juro y re juro, que voy a extrañar ir gritando por las silenciosas calles de mi barrio como locas con ella. Juro y re juro, que por más que dije que jamás iba a extrañarla, ahora que está a unos escasos metros de mi, y pensando en esto, la extraño como si se hubiera ido a Nigeria.
Parezco mi mamá hablando así.
O peor, mi papá
A pesar de que te pongas como loca cuando jugamos al Resident Evil 5 en la play y te pongas a saltar por todos lados diciendo "dispará, dispará" (como si yo no supiera cuál es el uso de un arma) te amo hermana. te amo como a chocolate. te amo.